UNA MIRADA AL ARTE CLASICO de Miguel Angel a Goya. - Salón de Exposiciones D. Roque Molera

del 8 al 30 de marzo de 2014

UNA MIRADA AL ARTE CLASICO de Miguel Angel a Goya.

Sebastian García.

El estudio de obras de arte

La copia bien entendida y abordada en todas sus posibilidades se puede constituir en un sistema de aprendizaje. Su sentido último siempre debe ser comprender al autor y su obra. Se puede realizar una copia literal, una obra original a la manera del autor, un cuadro del autor a nuestra manera, en otro estilo, o una nueva lectura que contextualice la obra en nuestro tiempo. El estudio de un maestro o de varios, mejor de unos pocos, nos devuelve al sistema de aprendizaje de los talleres de la antigüedad, donde el ayudante, aprendiz o colaborador comenzaba copiando y trabajando a la manera de su maestro hasta formar su estilo personal. El principiante ineludiblemente necesita modelos. Estos pueden ser de hace siglos o de anteayer, pero son necesarios. La copia de antiguos maestros denostada en el siglo XX, en parte debido a la ruptura con la tradición pictórica, supuso la sustitución por nuevos modelos. En su mayor parte, este espacio lo ocupó la fotografía pero también las nuevas vanguardias, los movimientos más recientes, así como los artistas más aclamados por el mercado del arte. En el público en general normalmente, que un cuadro se parezca mucho a una foto está muy bien reconocido, sin embargo, la pintura no debe perseguir el modelo representativo de la fotografía. No es la contemplación de la realidad la que nos hace pintores, sino la de otros cuadros que nos han impresionado.

La técnica 

Antiguamente no se utilizaba la pintura directa. Los colores se molían y se mezclaban con aglutinantes y diluyentes. Era un proceso artesanal que se realizaba en el taller; la variedad de colores era menor, la paleta por tanto más reducida. Esto no suponía una limitación para crear un modelo de representación de la realidad acorde con el estilo de la época. Elaboraron una técnica perfecta, mejorada a lo largo de los siglos de maestro en maestro, que alcanzó su culmen en el Barroco.
Trabajaban la técnica mixta, pintaban normalmente sobre una imprimación coloreada, sobre la que trasladaban el dibujo de la composición, resaltaban con temple las luces principales, para aplicar posteriormente veladuras con barnices resinosos y aceites secantes. Los cuadros eran más luminosos por el efecto de las veladuras sobre el blanco de temple y los grises ópticos hacían el color misterioso y lleno de matices utilizando muy pocos tonos. Con cola animal, yema de huevo, pigmentos, aceites secantes y resinas naturales estos cuadros han durado siglos.

Los cuadros